Emprendedores a la vista: cómo tres amigos franceses transformaron las gafas de lectura en un fenómeno mundial
Tres amigos franceses —Xavier Aguera, Charles Brun y Quentin Couturier— fundaron en 2010 la marca de gafas IZIPIZI con la idea de ofrecer lentes de lectura accesibles, elegantes y diferentes a lo convencional. Aunque sin experiencia en la industria óptica, compartían una visión emprendedora desde su juventud. Su primer modelo de negocio consistía en ofrecer gafas de autoservicio en bancos y hoteles, inspirado por una necesidad cotidiana y real: facilitar la lectura en espacios públicos. Invirtieron alrededor de 6,500 dólares cada uno, obtuvieron préstamos y comenzaron a crecer poco a poco.
Al darse cuenta de que el modelo inicial no era tan escalable como pensaban, reorientaron su propuesta: hacer de las gafas de lectura un producto de estilo de vida y moda, más allá de lo funcional. Así nació IZIPIZI (antes See Concept), enfocada en el diseño accesible, con precios entre 50 y 75 dólares. A diferencia de Warby Parker —su competencia directa en EE. UU.—, apostaron por una estrategia de venta física, atendiendo al gusto francés por la experiencia en tienda, mientras Warby optó por lo digital. Aunque con menos ingresos que Warby Parker, IZIPIZI ha logrado presencia en 85 países y genera ingresos por 60 millones de dólares anuales.
Hoy, la marca se perfila como una especie de “Swatch” del mundo óptico: funcional, estilosa y asequible. Con ventas consolidadas en Europa, Asia y Sudamérica, ahora se prepara para conquistar el mercado estadounidense. La historia de IZIPIZI demuestra cómo una idea sencilla, nacida de la vida diaria, puede convertirse en una marca global al combinar visión, diseño y una buena lectura del consumidor.
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